El sector agrícola en Junín es un pilar clave para la economía regional, ya que emplea a más de 280 mil personas. Sin embargo, a pesar de su importancia, menos del 1% de estos empleos son formales. Esta alarmante cifra refleja una profunda carencia en las condiciones laborales, lo que deja a los trabajadores sin beneficios sociales como salud y pensiones.

En Junín, la agricultura abarca más de 20,000 hectáreas dedicadas principalmente al cultivo de cacao, café y palta, que son esenciales para la economía local. Sin embargo, la alta informalidad laboral en el sector agrícola es un desafío clave, que afecta tanto la calidad de vida de los trabajadores como la productividad y competitividad del sector. La falta de formalización limita el acceso a recursos, formación y asistencia técnica, restringiendo el potencial agrícola de la región.

Las causas de esta alta informalidad son múltiples. Las características propias del sector, como la estacionalidad del trabajo agrícola y la prevalencia de pequeñas empresas con menos de 5 trabajadores, contribuyen a la informalidad. En Junín, el 90% de los trabajadores agrícolas están en microempresas, donde las oportunidades de formalización son mínimas.

Para reducir la informalidad agrícola, el CIES (2021) recomienda mejorar las condiciones laborales y el acceso a beneficios sociales. La política debe enfocarse en aumentar los ingresos de los pequeños productores rurales mediante inversiones en activos familiares, emprendimientos agropecuarios, y una fuerte inversión en riego. También es esencial fomentar la producción destinada a la exportación, buscando mejorar la calidad de vida de los agricultores mientras se impulsa la sostenibilidad y la productividad del sector agrícola.

¿Qué acciones estamos tomando, como región y como sociedad, para enfrentar esta crisis y garantizar un futuro próspero y justo para nuestros trabajadores agrícolas?