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Infografía

Efemérides | Día del Campesino

La agricultura en Perú es una actividad de gran importancia económica y social. Según la ENAHO, en 2023, alrededor de 3,5 millones de trabajadores se dedicaron principalmente a actividades agrícolas, representando casi el 40% de la población económicamente activa ocupada. Además, el 80% de los alimentos que consumimos provienen de las cosechas de los pequeños productores de la agricultura familiar 🌾.

Sin embargo, nuestros agricultores enfrentan múltiples desafíos que limitan su capacidad de producir de manera eficiente y sostenible. Uno de los principales problemas es la deficiente infraestructura para la producción agrícola. Un estudio del Consorcio de Investigación Económica y Social señala que la disponibilidad y acceso a sistemas de riego podría aumentar la productividad de las unidades agrícolas en un 17%. No obstante, solo la tercera parte de los productores a nivel nacional tiene acceso a sistemas de riego, según el padrón del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI). En regiones como Loreto (1.2%), Madre de Dios (2.6%), Ucayali (2.7%) y Puno (4.7%) se evidencian las coberturas de infraestructura más bajos a nivel nacional ⬇️.

Además, el acceso al financiamiento es limitado pues menos del 5% de los agricultores acceden a créditos agrícolas, según MIDAGRI. Esta falta de acceso a recursos económicos restringe la capacidad de los pequeños agricultores para invertir en insumos esenciales como semillas, fertilizantes, mano de obra y tecnología. Sumado a ello, el 95% de los agricultores trabajan en la informalidad (INEI, 2024), lo que implica que laboren sin seguro de salud, sin pago de derechos laborales y expuestos a condiciones laborales precarias.

Estos factores contribuyen a una baja productividad agrícola, definida como la cantidad de alimentos o productos agrícolas obtenidos por unidad de tierra. Una mayor productividad significa que se obtiene más producción con los mismos recursos –agua, fertilizantes y mano de obra– o la misma cantidad de producción con menos recursos. Entre 2019 y 2022, la productividad por hectárea cayó más del 60%, de 17 mil a 6.1 mil soles 📉. Esta disminución afecta directamente los ingresos de los trabajadores agrícolas, aumentando el riesgo de pobreza. En 2023, cuatro de cada diez agricultores vivían por debajo de la línea de pobreza, siendo las regiones más afectadas Loreto (56.1%), Cajamarca (54.8%) y Ayacucho (52.8%).

A pesar de estos retos, existen oportunidades para mejorar el sector agrícola en Perú. La implementación de proyectos de infraestructura agrícola, como Chavimochic III, Majes Siguas II, Alto Piura y Chinecas, puede incrementar la producción agrícola en 40% como resultado de aumentar la productividad y enfrentar desafíos climáticos como las sequías y heladas, según el Ministerio de Economía y Finanzas. Asimismo, se debe fomentar la asociatividad entre productores y promover el uso de tecnología avanzada, como semillas certificadas, para mejorar la calidad y el rendimiento de los cultivos.

La formalización del empleo agrícola también es fundamental. Se debe continuar con políticas que incentiven la formalización del empleo para mejorar las condiciones laborales y el acceso a beneficios para los trabajadores agrícolas. Finalmente, se necesita mejorar el acceso al financiamiento a través de microfinanzas y créditos agrícolas que permitan a los agricultores invertir en los recursos necesarios para aumentar su productividad y sostenibilidad.

En resumen, mientras que el sector agrícola en Perú enfrenta desafíos significativos, las oportunidades para el desarrollo y mejora son claras. Con un enfoque integral y sostenido en infraestructura, tecnología, asociatividad y políticas de formalización, el sector agrícola puede transformarse, ofreciendo beneficios económicos y sociales a millones de peruanos 🇵🇪.