Este 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud bajo el lema “mi salud, mi derecho”🩺. A pesar de que la protección de la salud de todos los peruanos está garantizada en la Constitución de nuestro país (artículo 7), no todos tienen acceso efectivo a ella. Según datos de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), al 2022, el 99% de peruanos cuentan con algún tipo de seguro de salud. En su mayoría, están afiliados al Seguro Integral de Salud (SIS), con el 69.2% y el Seguro Social de Salud (Essalud), con el 30.9%.

A pesar de la alta cobertura del aseguramiento en salud, solo el 50.7% de los afiliados al SIS buscaron atención en un centro de salud ante algún síntoma, malestar, enfermedad, recaída de una enfermedad crónica o accidente🤕. Mientras que, el 47% prefirió buscar atención en una farmacia o botica.

La atención en un lugar no especializado se debe principalmente a la demora en la atención médica⏰. De hecho, el 35% de peruanos afirman que no se atendió en un centro de salud debido a la demora en el servicio, que se da tanto en la obtención de la cita médica hasta la espera -incluso de meses- para tener la cita médica. En menor medida, otro de los factores es la lejanía de los centros de salud (13%), en especial en las zonas rurales de nuestro país (ENAHO – INEI, 2022).

Por estas razones, la automedicación es considerada en nuestro país como una solución rápida; sin embargo, puede llevar consigo una serie de riesgos y repercusiones adversas, como las reacciones alérgicas y un retraso en el diagnóstico preciso de las enfermedades. Así, debido a complicaciones relacionadas al autotratamiento, nuestro sistema de salud enfrentaría una sobrecarga adicional a la que ya lo aqueja.

Como vemos, a pesar de los avances en el sector salud en los últimos tiempos, aún persisten brechas significativas en el acceso efectivo y oportuno a este servicio. En este contexto, es necesario mejorar el acceso y la calidad de los servicios de salud, en especial, el primer nivel de atención en nuestro país, ya que es la puerta de entrada al sistema nacional de salud y puede llegar a resolver el 85% de los problemas más frecuentes de la población. De esta manera, se reducirán desigualdades existentes, se reducirán los niveles de pobreza y se fomentará el desarrollo económico📈.